La siguiente lista muestra una serie de efectos generados por el turismo a la cultura entre pueblos, aunque no todos ellos son negativos, la realidad es que hay mayores probabilidades de afectar que de beneficiar. Corresponderá a cada uno de nosotros ayudar a la conservación y preservación de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, antes que a la destrucción y pérdida de ellas:
1. Erosión de la cultura local
La cantidad excesiva de turistas y la demanda de productos en las localidades receptoras, puede ocasionar que artesanos tradicionales elaboren productos por cantidad y no por calidad, lo que degrada los valores artísticos y simbólicos del arte producido localmente y a larga podría concluir en la desaparición de la cultura.
2. Transformación de la cultura
El arte producido en las comunidades locales se puede transformar en un producto de mercadotecnia con la única intención de venderle artículos “superficiales” al turista, explotando la cultura y perdiendo el arraigo al patrimonio cultural.
3. Hostilidad cultural
Si la comunidad local no participa directamente en el establecimiento del desarrollo turístico, pueden llegar a ser hostiles con los turistas; esto sucede porque es sabido que el turismo podría destruir modos de vida y economías tradicionales, creando dependencia y trabajos mal pagados.
4. Arrogancia cultural
Puede suceder cuando debido a la gran afluencia de turistas, los locales dividen en dos escenarios lo que sucede en la comunidad, por un lado le muestran al turista algunos rasgos “superficiales” de su cultura y por el otro se apartan de ellos para mantener intactas sus tradiciones y evitar el impacto del turismo. “La puesta en escena” de experiencias culturales desvía a los turistas de la auténtica cultura local pero ayuda a su preservación.
5. Falta de autencidad en las experiencias turísticas
Con el fin de satisfacer al turismo de masas, se producen y se comercializan artículos “imitación”; además, es común que se establezcan “falsas áreas” donde el turista solo percibe detalles de los verdaderos símbolos. Sin embargo, algunos investigadores (Cohen, 1995) afirman que el turista está de acuerdo con esto, siempre y cuando se beneficie a los grupos étnicos.
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